Santa Clara

La Hostia

“Mandó traer hasta la entrada del comedor y pidió que le trajeran un ostensorio y postrada en oración, oró con lágrimas …y el Señor liberó de los enemigos al monasterio y a las monjas, y aquellos Saracenos que ya habían entrado partieron”.  (Suor  Benvenuta)

 

El Niño Jesús en el Pesebre

Clara escribe la Cuarta Carta a Inés de Praga (1253)

“…Oh amadísima, contemplando en este espejo podrás gustar la delicia de tal gracia.  Acércate y verás en este espejo antes que nada a Jesús, abandonado en el pesebre, en la más grande pobreza y envuelto en mantas de bajo precio.  ¡Oh maravillosa humildad y pobreza estupenda! El Rey de los ángeles, Señor del cielo y de la tierra, puesto en un pesebre.  En medio de este espejo mira la pobreza de la santa humildad, que por cuyo amor El ha sufrido tantos males por la redención del mundo.”

 

El fuego del Amor de Dios en la comunión de los amigos

Santa Clara fue a comer con San Francisco en Santa María de los Angeles y parecía que todo ardía en aquel lugar.

“..y en la primera comida San Francisco comenzó a hablar de Dios, tan suavemente y tan altamente y tan maravillosamente que, descendió sobre ellos la abundancia de la Divina Gracia, todos quedaron en Dios, extasiados.

…los hombres…vieron que en Santa María de los Angeles y todo el entorno y la selva…, ardía fuertemente y parecía que fuese un grande fuego…pero llegando al lugar nada ardía, entraron y encontraron a San Francisco con Santa Clara y todo el grupo en éxtasis, en contemplación sentados en la humilde mesa…Dios había hecho aparecer milagrosamente ese fuego para demostrar que significaba el fuego del divino amor, en el cual ardían las almas de aquellos santos frailes y santas monjas.  Luego ellos volvieron con gran consolación en sus corazones y con santa edificación”.

De las Florecillas de San Francisco, Capítulo XV