Silvana Boschieri, Perugia, Italia
En el relato de “nuestra historia” se ha vislumbrado algo de esta hermana mia que Dios me regaló para caminar juntas en un proyecto de vida que poco a poco se va develando a nuestra mirada y comprensión.
Pero en esta historia no hablo de lo que ha significado Silvana como amiga para mí. Creo que ella también se me ha ido “develando” en todos estos años. Al final de cuentas una persona que vive en Dios, vive en un Misterio. Esa persona nos sorprende en esa “alquimia” entre la originalidad de ella y la creatividad de Dios Padre. Y Silvana, no deja de sorprenderme. En estos últimos meses he conocido su tenacidad, fu firmeza en lo que ella entiende que es el querer del Padre para ella y ahora para la pequeña comunidad de la Porciúncula. Hace años la admiré en su opción de laica consagrada, dejando una vida cómoda y buena socialmente. Luego, en su apertura a la vida: ¡cuatro hijos!
Gian Luca, Silvana, Francesco, Alessandro, Gian Piero
Los comentarios de sus alumnos del liceo científico donde enseña religión, me hablaba de una profesora que escucha y acompaña con mucho amor. Los chicos no dejan de decirle que “está llena de luz”.
Si, Silvi, está llena de luz. La luz del amor que la hace brillar. Y este amor lo expresa siempre con pequeños detalles, que son una forma de decir: cuentas para mí, deseo tu bien. Y en Silvana encontré una hermana que en los momentos duros de la vida ha estado a mi lado.
Si en algo se caracteriza nuestra amistad ha sido en vivirla desde el misterio de la Visitación. Nuestros encuentros han sido siempre gozosos, contemplando en cada una lo que Dios hacía en ella.
Silvana ha buscado mi bien en todo aspecto, tanto en mi apariencia física, mi salud psicológica y mi vida espiritual.
Misterio de vida, esta amistad regalada hace 27 años en un 24 de diciembre… Y hoy juntas podemos dar gracias que esta amistad ha sido fecunda, porque en este compartir hemos abierto los brazos a cada amigo que Dios puso en nuestras vidas para hacer camino de paz y felicidad en El.