Santa Teresita del Niño Jesús

 

 

 

La Pequeñez

"Me dije a mí misma: Mi Buen Dios no podría inspirarme deseos irrealizables.  Yo puedo a pesar de mi nada aspirar a la santidad, a pesar de mis imperfecciones, pero yo deseo buscar un medio para ir al cielo, un camino pequeño, corto, una vía completamente nueva… Yo quisiera un ascensor para llegar hasta Jesús, porque soy muy pequeña para subir los escalones de la perfección.

Entonces, busqué en los libros santos las indicaciones del ascensor que tanto deseaba, leo estas palabras de la Sabiduría Eterna: “Que si alguna es pequeñísimo que venga a mí… como una madre acaricia su hijo, así yo lo consolaré, yo lo llevaré en mi regazo y lo acunaré en mis rodillas”.  Nunca palabras más tiernas, más melodiosas han llegado a mi alma.  El ascensor que debe alzarme hasta el cielo, son tus brazos, Oh Jesús, Oh mi Dios, tú has sobrepasado mis expectativas, mis deseos y quiero yo cantar tus misericordias." 

 

 

El Padre Previdente

"¡Cuánto agradezco Jesús, de no haber permitido encontrar “las amarguras de las amistades de la tierra”!, ¿con un corazón como el mío hubiese permitido que me cortaran las alas, entonces cómo habría podido “volar y descansar?”… sin haber tomado el cáliz envenenado de un amor muy ardiente por las criaturas, siento que no me puedo engañar;  he visto tantas almas seducidas por esa falsa luz volar como pobres mariposas y quemarse las alas, y luego volver a la verdadera, la dulce luz del amor que les daba nuevas alas más brillantes y ligeras para que pudiesen volar hacia Jesús, a este Fuego Divino “que quema sin consumir”.

….reconozco que sin El, hubiese podido caer bajo como Santa María Magdalena y la profunda palabra de Nuestro Señor a Simón resuena con una gran dulzura en mi alma…Lo so: “aquel a quién menos se le perdona, AMA menos” pero también sé que Jesús me ha perdonado más que a Santa Magdalena, porque me ha perdonado anticipadamente, impidiéndome caer.

…Y bien, soy yo este hijo, objeto del amor previdente de un Padre que no ha enviado su Verbo pera rescatar a los justos, sino a los pecadores.  El quiere que yo lo ame porque me ha perdonado, no mucho, sino todo.  No ha esperado que yo lo amase mucho como Santa Magdalena, sino ha querido que yo sepa como él me ha amado con un amor de inefable previdencia, para que ahora yo lo ame hasta la folía."